La Pedagogía Curativa y la Terapia Social abarcan los campos de la pedagogía, la psicología y la medicina. Se observa el desarrollo cronológico del individuo, así como sus imperfecciones físicas, psíquicas y espirituales.
La pedagogía curativa es un enfoque educativo que integra la educación, la medicina y el arte. Su objetivo es atender a personas con necesidades especiales, promoviendo su desarrollo integral y su inclusión en la comunidad. Desde sus orígenes con Rudolf Steiner y la Dra. Ita Wegman, esta disciplina ha evolucionado y se ha expandido a nivel global. Actualmente, se implementa en diversos centros que ofrecen apoyo personalizado y terapias complementarias.
El camino se recorre a través de juegos, juegos educativos, arte, cocina, jardinería y para adultos, también trabajo con el significado exacto de la palabra – actividades productivas y/o creativas realizadas para lograr un determinado fin.
A través de Talleres Terapéuticos: carpintería, tejeduría, agricultura, costura, jardinería, cocina, etc. Quien trabaja en ellos comprende el significado de su trabajo de dos maneras: comprende lo que está haciendo en la práctica y ve el resultado en el ámbito social.
Cocina Terapeutica
A través de una primera conversación con el tutor del niño o adulto, analizamos la estrategia que se abordará y luego de la observación in situ se aplicará la terapia.
Con reuniones semanales que duran alrededor de una hora y media.
La duración del tratamiento será evaluada mensualmente entre los terapeutas y la familia.
Los servicios pueden ser grupales o individuales, siempre que se adecúen al individuo que los va a percibir.
La pedagogía curativa ha evolucionado a lo largo de las décadas, adaptándose a las necesidades de una población diversa. Sus raíces se establecen a principios del siglo XX, marcando un hito en la forma de abordar la educación para personas con discapacidades.
La pedagogía curativa fue impulsada por las visiones innovadoras de Rudolf Steiner y la Dra. Ita Wegman. Steiner, filósofo y educador, desarrolló una profunda comprensión de la relación entre el ser humano y su entorno. En 1924, llevó a cabo un curso en Dornach, Suiza, donde presentó ideas sobre cómo integrar la educación con aspectos de la medicina.
La Dra. Wegman, médica antroposófica, colaboró estrechamente con Steiner, aportando su conocimiento médico. Juntos, establecieron las bases para un enfoque educativo que no solo contempla el aspecto académico, sino también la salud emocional y espiritual de los individuos. Su trabajo conjunto permitió la creación de métodos que consideran cada caso de manera individual.
Durante el transcurso del siglo XX, la pedagogía curativa comenzó a institucionalizarse, resultando en la creación de numerosos centros educativos especializados. Después de la Segunda Guerra Mundial, el interés por esta metodología aumentó significativamente. Se establecieron en varios países europeos, brindando atención y educación a quienes tenían diferentes tipos de discapacidades.
Estos centros buscaban no solo la educación académica, sino también la integración social y el desarrollo de habilidades prácticas. Se promovían ambientes de aprendizaje que estimulaban la creatividad, fortalecían la autoestima y permitían a los estudiantes interactuar con sus pares en un entorno seguro y enriquecedor.
A lo largo de las últimas décadas, la pedagogía curativa ha visto un crecimiento notable a nivel global. Hoy se sabe que existen más de 550 centros de pedagogía curativa y terapia social en todo el mundo. Estos centros ofrecen una variedad de servicios enfocados en la implementación de programas personalizados que abordan las necesidades específicas de cada individuo.
La expansión ha permitido la inclusión de esta metodología en comunidades diversas, donde la atención integral y el enfoque comunitario son fundamentales. La pedagogía curativa no solo se centra en el desarrollo del individuo, sino que también busca fomentar la participación activa en la vida cultural y social de las comunidades.
La pedagogía curativa se basa en una serie de principios que orientan su práctica y filosofía. Estos principios son esenciales para garantizar un enfoque holístico que atienda las diversas necesidades de las personas con discapacidades.
El enfoque individualizado es la piedra angular de la pedagogía curativa. Cada individuo es visto como un ser único con características, desafíos y fortalezas específicas. Este enfoque requiere un análisis exhaustivo que permita adaptar las intervenciones educativas y terapéuticas a las necesidades particulares de cada persona. La atención a estos casos específicos es fundamental para potenciar el desarrollo y la inclusión.
Antes de iniciar un proceso educativo o terapéutico, se lleva a cabo una evaluación completa. Este diagnóstico es realizado por Andrea, nuestra Terapeuta y Maestra Waldorf quien recogerá información relevante sobre el estado general del individuo. A partir de esta evaluación, se elabora un plan personalizado que contemple tanto los objetivos educativos como las necesidades terapéuticas. Este plan se revisa regularmente para adaptarse a la evolución del individuo.
Un aspecto distintivo de la pedagogía curativa es la integración de diversas disciplinas. La educación no se limita a la transmisión de conocimientos. Incluye un enfoque en la salud integral del individuo, considerando tanto aspectos físicos como emocionales. La inclusión del arte es particularmente relevante, pues facilita formas de expresión que pueden ser sanadoras y desarrollar habilidades personales.
Las actividades artísticas, como la música, la pintura y el teatro, son herramientas que permiten la exploración y la autoexpresión. Estas prácticas no solo fomentan la creatividad, sino que también ayudan a establecer vínculos emocionales y sociales. A través del arte, se potencia el desarrollo personal, promoviendo la confianza y la autoestima, aspectos esenciales en el crecimiento integral del individuo.
La inclusión social es otro principio fundamental en la pedagogía curativa. Se aboga por la participación activa de las personas con discapacidades en sus comunidades, lo que contribuye a la construcción de sociedades más equitativas y comprensivas. La educación se extiende más allá del aula, integrando a los individuos en actividades y proyectos comunitarios.
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